PREFACIO SECRETO
LOS griegos arriban a la Isla de Eolo, éste conoce a Ulises, a quien regala un odre que contiene todos los vientos, excepto el que sopla para Ítaca. Estos vientos de los que ahora hablamos, son los que conocía el nauta Cunqueiro, de los que decía están de vuelta cuando las mareas se avivan de regreso y saudade.
Estos otros “Vientos secretos”, vuelven como palomas en busca de los lares, con el claro propósito de hacerse verbo, sonoro, audible, previsible en este mar de piedra que otrora se fue a morir la Vieja Castilla (que no es otro que este San Lorenzo del Escorial), donde hubo otros poemarios labrados, restañados con este viento que empuja el viento de Abantos y arrastra con él los olores seminales, repletos de todas esas semillas que el sol y el agua dieron en tomillo, romero y espliego. Estos “Versos secretos” tomaron la palabra y alzaron la voz hasta el alto azul de este cielo. Y nada se sabe cómo se convirtieron en palabras, que quedarán en el candelero por los siglos eternos, algún día atrapados en esos anaqueles donde la mano ajena, los abrirá y, cual receta mágica, se hará son, canción, poema de todos. “Vientos secretos” esperados, anhelados y sempiternos.
José Ruiz Guirado
San Lorenzo de El Escorial , Abril 2017